martes, 7 de octubre de 2008

El “desgaste psicológico”, gran escollo






























Fertilizacion asistida
El “desgaste psicológico”, gran escollo

Es una de las razones principales, junto con el costo del tratamiento, que llevan a las parejas que no pueden concebir de un modo natural a abandonar la fertilización asistida por profesionales. El 30% de ellas deja sin alcanzar su objetivo y por eso ya se han creado numerosos grupos de autoayuda, que funcionan para contener emocionalmente a las personas que ansían ser padres y no lo logran. Los casos finalmente exitosos y los activistas que pelean por una ley que incluya a los procedimientos de fertilidad en el Plan Médico Obligatorio de obras sociales y prepagas.

Cuando Berta y Mario comenzaron en 2004 un tratamiento de fertilidad para lograr un embarazo, sabían que el camino no iba ser fácil. Al estrés y angustia generados por las prácticas médicas que tenían que atravesar se le sumaba la ansiedad e incertidumbre con respecto a los resultados.

“Era como una montaña rusa emocional”, recuerdan. En junio de 2007, tras el desgaste psicológico y los malos pronósticos de los especialistas, la pareja se encontró en la encrucijada de interrumpir o no el tratamiento. “Por suerte, encontramos en el grupo de autoayuda para parejas infértiles del hospital Rivadavia la contención que necesitábamos para seguir adelante y hoy somos padres de Teo”, comentaron orgullosos Berta y Mario.

Sin embargo, el 30% de las parejas argentinas que sufren de trastornos de fertilidad abandonan o suspenden la búsqueda de un hijo antes de alcanzar la meta debido al elevado costo y el sufrimiento emocional y psicológico que implica afrontar un procedimiento de fertilización asistida. “La aplicación de inyecciones diarias, la planificación de la fecha de los encuentros sexuales, la constante presencia del equipo médico tratante en medio de la vida cotidiana de la pareja, todo eso genera un estrés agudo que puede afectar el tratamiento”, explicó Andrea Marazzi, tocoginecóloga y coordinadora médica de Fertilab.


Impacto. El 15% de las parejas argentinas en edad madura tienen problemas para tener un hijo. Según estadísticas del Departamento de Reproducción del Hospital Bernardino Rivadavia, de Buenos Aires, sólo el 40% de las parejas que consultan por trastornos de la fertilidad terminan el proceso de diagnóstico. “Las parejas llegan a la primera consulta, después de haber deambulado por varios centros médicos, con una gran carga de angustia y ansiedad ”, detalló Alejandra Olivera, psicóloga del equipo de ese hospital.

“Los exámenes en el cuerpo de la mujer son muy invasivos y molestos. Hay una baja de la autoestima y la pareja se siente cada vez más vulnerable. Lo privado se hace público y esto deteriora la sexualidad”, sostuvo la especialista del Instituto Ginecológico de Buenos Aires.

Además, todos los métodos de reproducción asistida tienen un alto porcentaje de fracasos y repetir los ciclos de tratamiento sin lograr una concepción puede ser muy angustiante para la pareja. A esto se suma el elevado costo de los procedimientos de alta complejidad –que varían entre los $7 mil y $15 mil–, lo que hace que muchas parejas decidan abandonar el tratamiento (ver recuadro).


Apoyo. Para los especialistas consultados por PERFIL, la intervención de un equipo de salud mental antes y durante el procedimiento de fertilización es clave para no abandonar un tratamiento y lograr buenos resultados. “Es muy importante la contención de profesionales, el diálogo entre el médico y el paciente para tratar de disminuir los temores y derribar los mitos”, manifestó Ramiro Quintana, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva y director del Centro Argentino de Fertilidad.

El trabajo con un equipo multidisciplinario fue vital para la actriz Alejandra Majluf, mamá de Emma, de dos años. Después de postergar la maternidad por su profesión, Alejandra tuvo que recurrir a la técnica de transferencia de embriones para quedar embarazada. “El 90% del éxito de mi tratamiento fue el trabajo de relajación que hice con mi terapeuta”, le dijo la actriz a PERFIL, a punto de viajar a España. “Lo importante es ayudar a los pacientes a desarrollar herramientas psicológicas para afrontar las dificultades que puedan ir surgiendo en el tratamiento. El fin es lograr que la pareja tenga un niño sano, con el menor desgaste emocional posible”, concluyó Marazzi.

En busca de una ley

Una de las razones por las que las parejas deciden interrumpir un tratamiento de fertilización es su alto costo. Este es el caso de Mariana y Luciano, quienes desistieron a la fuerza por no poder afrontar el gasto.

“Pedimos un préstamo de $8 mil al banco para realizar una ICSI (Inyección Intracitoplásmica de Espermatozoides) que dio negativa. Ahora no contamos con el dinero suficiente para seguir”, dijo Mariana Barragán, coordinadora de la campaña “Sumate a dar vida”. Esta iniciativa popular ya logró reunir 80 mil firmas para promover en el Congreso el tratamiento de un proyecto de ley que considere a la infertilidad como una enfermedad que impide a las personas concebir o llevar a término un embarazo.

“Hace 25 años que se practican métodos de fertilización asistida sin una ley que los regule”, expresó Jorgelina Mena, responsable de prensa de la ONG Infertilidad-arg. Actualmente se debate en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados un proyecto del legislador Jerónimo Vargas Aigansse (FpV) para que los tratamientos de reproducción asistida de baja y alta complejidad sean incluidos en el Plan Médico Obligatorio. Para sumarse a la iniciativa, ingresar a www.infertilidad-arg.com.ar.

http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0301/articulo.php?art=10293&ed=0301

1 comentario:

Anónimo dijo...

Isto foi muito desde que haja um monte de lá fora à espera para a direita.